SOLEMNE 1
Introducción:
En este informe revisaremos la ética involucrada en la película "El experimento de Milgram" y en el documental de la BBC "Experimento en la prisión de Stanford". Ambos videos tratan de dilemas éticos generados durante la experimentación en humanos.
"El experimento de Milgram", ambientado en los años 60, trata de un psicólogo, Stanley Milgram, que desea descubrir a qué límites puede llegar el ser humano con tal de obedecer órdenes, por lo que inicia un estudio en que llegan dos voluntarios (uno real, el otro es un cómplice) y por azar uno adquiere el rol de maestro y el otro (cómplice) de aprendiz. El experimento consiste en que el maestro debe leer una secuencia de palabras y el aprendiz debe recordarlas y responder preguntas relacionadas con la secuencia de palabras anteriormente mencionada, en caso de fallar, el maestro deberá aplicar una descarga eléctrica al aprendiz y esta irá creciendo en intensidad proporcionalmente al número de errores del aprendiz. Todo esto con el fin de observar el comportamiento del maestro al castigar al aprendiz y si en algún punto su moral lo obliga a detenerse.
"La prisión de Stanford" fue un experimento llevado a cabo por el psicólogo Philip Zimbardo en 1971, que se basa en la creación de una "cárcel" en el sótano de la Universidad de Stanford, en la cual 24 estudiantes voluntarios se dividieron en prisioneros y guardias, además de Zimbardo, quién ocupaba el rol de director de la prisión. Esta prueba debía durar dos semanas, sin embargo, fue cancelada a los seis días por el cambio radical de actitud de los voluntarios, los guardias comenzaron a abusar de su poder, humillando y maltratando a los prisioneros y estos últimos, empezaron a actuar de una forma extremadamente sumisa y ansiosa, llegando incluso a justificar las acciones de los guardias contra ellos. El fin de este ensayo era observar de qué forma y en qué medida puede cambiar el comportamiento humano según el ambiente y el contexto en el que viven. En este caso, los voluntarios pasaron de ser personas civilizadas y estudiantes universitarios a unos completos salvajes, en el caso de los guardias y en el caso de los prisioneros, víctimas.
Desarrollo:
· ¿Qué conflictos éticos plantean los experimentos revisados? Descríbalos y argumente
Los experimentos de Milgram y de la prisión de Stanford evidencian conflictos éticos fundamentales que permiten reflexionar críticamente sobre los límites de la investigación con seres humanos. Tal como se señaló en la primera respuesta, ambos estudios priorizaron la obtención de conocimiento sobre la protección del bienestar de los participantes, transgrediendo principios éticos esenciales.
En el caso de Milgram, el conflicto central radica en el engaño deliberado y en el daño psicológico causado a los participantes, quienes creían estar infligiendo dolor real a otra persona. Esto generó altos niveles de angustia, culpa y sufrimiento emocional, vulnerando el principio de autonomía, al no contar con un consentimiento informado auténtico, y el de no maleficencia, al someter a los sujetos a un estrés intenso sin una contención adecuada.
De forma similar, el experimento de Zimbardo planteó un escenario en el que se perdió completamente el control ético y metodológico. La asunción de roles de "guardias" y "prisioneros" derivó en situaciones reales de humillación, abuso de poder y trauma emocional, debido a la falta de límites claros, supervisión y contención. Aquí, no solo se quebranta el principio de no maleficencia, sino también el de dignidad humana, al permitir que los participantes fueran tratados como simples instrumentos para observar la conducta en contextos de poder.
Ambos casos muestran una instrumentalización del ser humano, contraria a los principios bioéticos propuestos por Beauchamp y Childress, como la autonomía, la beneficencia, la no maleficencia y la justicia. Si bien los resultados obtenidos aportaron al entendimiento de la obediencia y el comportamiento social, surge la pregunta ética fundamental:
¿Puede el valor del conocimiento justificar el sufrimiento generado?
Desde la perspectiva de la bioética clínica y profesional, como plantea Diego Gracia, este tipo de investigaciones exige una deliberación moral rigurosa, en la que se evalúe con proporcionalidad el daño potencial frente al beneficio posible, respetando siempre la integridad y dignidad del sujeto investigado.
· ¿Qué valores y/o principios fueron vulnerados? ¿Por qué? Argumente
Los experimentos de Stanley Milgram (1961) y Philip Zimbardo (1971) son considerados hitos en la historia de la psicología social por su contribución al entendimiento de la obediencia a la autoridad y la dinámica del poder en contextos institucionales. Sin embargo, más allá de sus aportes teóricos, ambos estudios han sido objeto de profundos cuestionamientos éticos debido a la forma en que se diseñaron y ejecutaron. A la luz de los principios de la bioética; autonomía, no maleficencia, beneficencia y justicia, y del valor fundamental de la dignidad humana, estos experimentos revelan graves transgresiones que deben ser analizadas críticamente, especialmente desde la perspectiva de las ciencias de la salud, donde el respeto por la integridad del otro es esencial.
Violación del principio de autonomía
El principio de autonomía, según Beauchamp y Childress, implica el respeto por la capacidad de cada persona para tomar decisiones informadas y voluntarias sobre su vida y su cuerpo. Este principio fue severamente vulnerado en ambos experimentos. En el caso de Milgram, los participantes fueron deliberadamente engañados respecto al verdadero objetivo del estudio. Se les hizo creer que estaban colaborando en una investigación sobre memoria y aprendizaje, cuando en realidad se buscaba observar su disposición a obedecer órdenes autoritarias, incluso si eso significaba dañar a otro ser humano. Este engaño impidió un consentimiento informado real, ya que los sujetos no fueron capaces de anticipar los efectos emocionales y éticos del rol que asumirían.
Del mismo modo, en el experimento de Zimbardo, los voluntarios no fueron adecuadamente informados sobre la intensidad emocional, la humillación simbólica y los niveles de violencia psicológica que experimentarían. Al aceptar participar, no contaban con los elementos necesarios para tomar una decisión consciente y libre, por lo que su autonomía fue invalidada desde el inicio. Esta falta de transparencia no solo pone en duda la ética de los procedimientos, sino que socava la relación de confianza que debe existir entre investigador y participante.
Transgresión del principio de no maleficencia
El principio de no maleficencia obliga a evitar causar daño, ya sea físico, psicológico o emocional. En ambos estudios, se generó sufrimiento significativo sin que existieran mecanismos eficaces de prevención o contención del daño. En el experimento de Milgram, muchos participantes experimentaron angustia intensa, sudoración, temblores, e incluso crisis nerviosas al verse obligados a seguir órdenes que iban en contra de su juicio moral. Aunque nadie recibió descargas reales, los sujetos creían estar causando daño a otro, lo que generó culpa y confusión ética.
En Stanford, la situación fue aún más grave: los "guardias", alentados implícitamente por la estructura del experimento, ejercieron violencia simbólica, humillación y coerción sobre los "prisioneros". Algunos de estos últimos sufrieron crisis de ansiedad, pérdida de identidad y traumas que perduraron más allá del estudio. La falta de límites claros, de una supervisión externa independiente y de protocolos de protección evidencian una negligencia que contradice la obligación de no causar daño innecesario.
Cuestionamiento del principio de beneficencia
El principio de beneficencia implica actuar buscando el bien del otro, promoviendo su bienestar. En los casos analizados, los beneficios fueron casi exclusivamente científicos o académicos, mientras que los participantes no obtuvieron ventajas personales ni sociales claras, y en cambio asumieron riesgos significativos. Aunque se argumenta que los conocimientos obtenidos sobre la obediencia y la conducta humana fueron valiosos para la psicología y otras disciplinas, esto no justifica por sí solo la exposición de personas a experiencias dañinas, sobre todo sin protección adecuada.
La beneficencia exige una ponderación entre los fines del conocimiento y el respeto por quienes lo hacen posible. Desde la ética médica y bioética, el fin no justifica los medios si estos implican la instrumentalización o el sufrimiento de los participantes. La investigación con seres humanos no puede basarse en el sacrificio de unos para el avance de otros, especialmente si no hay medidas que aseguren la protección, el cuidado y la posibilidad de reparación.
Infracción del principio de justicia
El principio de justicia demanda equidad en la distribución de los riesgos y beneficios de cualquier intervención. En el experimento de Zimbardo, la asignación arbitraria de roles llevó a que algunos sujetos, los "prisioneros", soportaran una carga emocional y psicológica desproporcionada, mientras otros, los "guardias", adquirieron un poder desmesurado, sin regulación. No existieron mecanismos de rotación, apelación ni reparación dentro del diseño experimental, lo que generó una asimetría estructural que permitió los abusos.
Además, en ambos experimentos los investigadores se beneficiaron del prestigio académico y de publicaciones, mientras que los participantes cargaron con el costo emocional y moral. Esta desigualdad contradice los principios éticos fundamentales que rigen la relación entre investigador y sujeto humano, especialmente el deber de justicia entendido como trato equitativo y respeto por la vulnerabilidad del otro.
Vulneración del valor de la dignidad humana
En el fondo de todas estas transgresiones se encuentra una profunda vulneración de la dignidad humana. Según la ética kantiana y los fundamentos ético-filosóficos revisados en los cursos de bioética médica, la dignidad implica tratar a cada persona como un fin en sí mismo, no como un medio para lograr resultados, por valiosos que estos sean. En ambos estudios, los participantes fueron reducidos a instrumentos experimentales, sus emociones y sufrimiento tratados como variables o efectos colaterales.
El experimento de Milgram utilizó la presión de la autoridad como una herramienta para inhibir la reflexión ética individual, minando la capacidad de juicio de los sujetos. En Stanford, se llevó a jóvenes voluntarios a reproducir dinámicas de abuso y sometimiento sin ofrecerles herramientas para resistirse, retirarse o comprender la magnitud de lo vivido. La dignidad fue así reemplazada por el interés experimental, ignorando que detrás de cada participante existía una historia, una conciencia, una vida humana.
Los experimentos de Milgram y Zimbardo son una advertencia ética poderosa. Nos recuerdan que el conocimiento, por valioso que sea, no puede construirse a costa de la integridad de las personas. Desde la perspectiva de la bioética médica y clínica, es imperativo recordar que todo acto investigativo debe estar guiado por principios éticos sólidos y por un respeto inquebrantable a la dignidad humana. Solo así es posible avanzar en la ciencia sin perder nuestra humanidad.
· Relate una escena o situación que les generó mayor interés, conflictos, dilemas. Argumente.
Las escenas que más nos llamó la atención fue en la que unos de los "maestros" comienza a revelarse con la autoridad para no seguir aplicando descargas, porque si bien los otros participantes solo ponían caras, y miraban al encargado del experimento, no tomaban la acción de retenerse a hacer algo que no querían hacer, pero sin embargo ese participante que a pesar de expresar verbalmente que no está bien lo que está haciendo, obedece a la autoridad, aunque vaya contra sus principios. Esta escena nos muestra cómo la figura de autoridad nos lleva a transgredir nuestros límites éticos a pesar de mostrar todos los signos de empatía y negación a la acción mandada. Esta situación nos invita a generar un dilema mental en la que logremos cuestionar a la autoridad y regirnos por nuestra moral para actuar por nuestros principios y hacernos valer por nosotros mismos.
· ¿En qué ejemplo de situaciones sucedidas en nuestro país, puede observar aquello planteado por los estudios revisados? Argumente.
En nuestro país, podemos observar una situación similar, durante el periodo de dictadura.
En 1973, con el ascenso al poder de un representante de cada una de las Fuerzas Armadas Chilenas, siendo su representante Augusto Pinochet, se creó una entidad llamada "Dirección de Inteligencia Nacional", su objetivo inicial era investigar que sucedía en el país, para asegurar el poder que ostentaban los uniformados, sin embargo, este objetivo se desvió horriblemente, siendo este el principal organismo responsable por la muerte de más de dos mil personas y la desaparición de otros cientos. El líder de esta organización era Manuel Contreras, él exigió a la Junta de Gobierno soldados de las distintas Fuerzas Armadas para llevar a cabo sus perversos objetivos.
Al verse estos soldados bajo las órdenes de este vil hombre, cambiaron su comportamiento y su moral, tal como hicieron los voluntarios de los experimentos, para cometer actos atroces contra los civiles, por el cambio de contexto y la tan marcada jerarquía dentro de los organismos de defensa chilenos.
· ¿Es la obediencia un valor absoluto? Si, no. Cuando sí, cuándo no. Argumente.
El valor de la obediencia se refiere a la capacidad que tiene un individuo para acatar y cumplir voluntariamente instrucciones y normas impuestas por una autoridad legítima, siendo consciente de las reglas y acuerdos morales establecidos que buscan el bien común y la armonía social. Es un valor moral y no es absoluto, ya que depende del contexto y jamás debe enmarcarse en la sumisión o atentado contra los principios éticos de los derechos humanos. Sin embargo, hay situaciones que requieren que este valor se considere como "relativamente absoluto", por ejemplo en estado de catástrofe que requiere la participación de equipos de emergencia donde la obediencia hacia la autoridad a cargo es fundamental para resguardar la vida de y seguridad de las personas afectadas, permitiendo mantener el orden y control de la situación considerando los derechos humanos y principios que no atenten contra personas que puedan estar en un estado o situación más vulnerable. También en la infancia y la etapa escolar, los niños necesitan obedecer reglas y aprender normas de convivencia que le permitan adquirir los valores fundamentales para desarrollarse adecuadamente, reconociendo tanto límites sociales y personales que resguarden su entorno social y su propia integridad al comprender que la obediencia debe cumplirse sin sumisión, comprendiendo que existen autoridades legítimas que actúan de forma justa y ética, sin transgredir los acuerdos morales para su adecuado desarrollo, generando instancias de respeto y responsabilidad que entreguen las herramientas necesarias para que puedan confiar, comprender y reconocer cuando están en un ambiente de autoridad seguro.
· ¿Qué características de la comunicación asertiva y del trabajo en equipo pueden favorecer y/o evitar estos comportamientos? ¿Cómo? ¿Por qué?
Tanto la comunicación asertiva como el trabajo en equipo son herramientas clave para evitar caer en la obediencia ciega o en la repetición automática de patrones impuestos. Cuando se promueve un diálogo abierto, donde se comparten dudas y se cuestionan decisiones de forma respetuosa, se fortalece el juicio ético del grupo.
Una de las principales características de la comunicación asertiva es que permite expresar desacuerdos sin temor, en un clima de respeto. Además, favorece la capacidad de decir "no" frente a situaciones injustas, incluso cuando estas provienen de figuras de autoridad. También permite defender los propios valores y principios éticos sin necesidad de atacar al otro.
Por su parte, el trabajo en equipo estimula el apoyo mutuo y la reflexión colectiva, lo cual se enriquece gracias a la comunicación asertiva. Esto ayuda a evitar dinámicas de poder abusivas y fomenta entornos donde todos pueden ser escuchados, aportar sus perspectivas y tomar decisiones de forma consciente y ética.
· ¿Creen ustedes que el desarrollo del pensar reflexivo en las personas puede jugar un rol relevante ante las situaciones planteadas en los experimentos? ¿Por qué? Argumente.
El pensamiento reflexivo, entendido como la capacidad de cuestionar, analizar y evaluar ideas, acciones o experiencias, juega un rol fundamental en situaciones donde se pone a prueba el juicio ético y la autonomía personal, tal como ocurrió en los experimentos de Milgram y Zimbardo/Standford.
En ambos casos, los participantes fueron enfrentados a dilemas morales complejos: obedecer una figura de autoridad o actuar de acuerdo con sus propios valores y principios. La falta de reflexión crítica sobre sus acciones llevó, en muchos casos, a que las personas cedieran ante la presión externa, aun cuando sentían que lo que hacían era incorrecto. Esto evidencia la ausencia o poca activación del pensamiento reflexivo en contextos de obediencia, poder y roles sociales impuestos.
Desde esta perspectiva, fomentar el pensamiento reflexivo, tales como habilidad consciente y deliberada para analizar y comprender situaciones éticas se vuelve esencial para evitar caer en dinámicas de obediencia ciega o comportamientos deshumanizantes.
Según lo que plantea la definición, el pensamiento reflexivo:
- Permite ser consciente de las propias creencias y experiencias previas, lo que ayuda a reconocer cuándo una orden o situación contradice los valores personales.
- Facilita mejores decisiones, al detenerse a pensar en las consecuencias de los actos y al evaluar la legitimidad de las normas o figuras de autoridad.
- Ayuda a manejar dilemas éticos, aplicándose tanto en el aprendizaje como en la vida cotidiana, en la formación de profesionales y en entornos donde hay presión social o institucional.
Aplicado a los experimentos, si los participantes hubiesen contado con una mayor capacidad de reflexión crítica, probablemente muchos se habrían negado a continuar aplicando descargas o a ejercer violencia psicológica. El desarrollo de esta habilidad, entonces, actúa como un freno ético ante situaciones de obediencia extrema o roles deshumanizantes.
Por eso, desde una mirada formativa y bioética, fomentar el pensamiento reflexivo no solo contribuye al crecimiento personal y al aprendizaje, sino que también fortalece la responsabilidad moral individual, necesaria para actuar con integridad en contextos donde los valores pueden verse comprometidos. Además de lograr los valores como empatía, justicia y responsabilidad.
Conclusión:
El estudio de ambos experimentos nos lleva a reflexionar sobre las veces que no hemos actuado bajo nuestros principios éticos solo por obedecer a la autoridad, y si lo llevamos a un contexto más cotidiano, seguir a alguien que simplemente aparenta ser mejor que nosotros. El experimento Milgram nos muestra esa falencia de la mente humana al dejar de pensar por nuestros mismos y aceptar lo que otro nos dice sin cuestionarnos su lógica.
Algo similar nos mostró el experimento de la prisión de Stanford, en el que podemos concluir que personas buenas cambian su actuar si se relacionan con personas malas, otro ejemplo de no obedecer nuestra moral y simplemente "seguir a las masas".
Es importante plantearse estos conflictos éticos para aplicarlos en nuestro futuro como profesionales del área de la salud. Con el estudio de estos casos, tendremos presente que a pesar del contexto que nos encontramos o con las personas que nos rodeamos, no debemos transgredir nuestra moral y actuar siempre por el beneficio del paciente.
Con el pasar de los años no hemos dado cuenta que contextos como la segunda guerra mundial, o las dictaduras en Latinoamérica han sido ejemplos de este defecto en el actuar humano, por lo que es muy importante estar constantemente haciéndose este tipo de preguntas para no caer nuevamente en lo mismo y llevar el actuar humano a su mayor potencial.
Bibliografía:
- Videos vistos para la solemne propuestos en Canva.
- Film
"El experimento Milgram".
https://vimeo.com/525641813 - Documental BBC: "Experimento en la
prisión de Stanford".
https://www.youtube.com/watch?v=eVXbzC7ToZQ - Material visto en clases, PowerPoint expuestos por profesora, Dra. Isabel Briceño.
- González, M., & Madrid, L. (2007). Formación en valores para la convivencia. Editorial Trillas. (Esto es de pregunta 5.)